Ráfagas de explosivos, sobrevuelos, hostigamientos y zozobra ensombrecen hoy el paisaje de la región del Catatumbo, que ha sido epicentro de una cruenta guerra entre el ELN y las disidencias de las Farc. La escalada, de acuerdo con los habitantes de la zona, deja varios muertos y heridos, aunque aún no han sido publicadas las cifras oficiales al respecto.
Hasta el momento, cinco municipios, de los once que integran la región, han sido blanco de esta ofensiva: en Tibú, El Tarra, Convención y Hacarí, se libran intensos enfrentamientos, mientras en el corregimiento de San Pablo, municipio de Teorama, estudiantes y profesores quedaron sitiados en medio de las balas. Docentes de la zona relatan que tuvieron que movilizarse en caravana, con banderas blancas, para poder salir del área y resguardarse.
La Defensoría del Pueblo emitió un comunicado en el que señala que, hace dos meses, había advertido sobre esta situación, mediante la alerta de inminencia 026 de noviembre de 2024: “Reiteramos la necesidad urgente de que las autoridades competentes actúen de manera inmediata y efectiva para garantizar la protección y los derechos fundamentales de las personas afectadas por esta confrontación”.
Entre tanto, el excomandante de las Farc, Rodrigo Londoño, denunció el asesinato de firmantes de paz: “Presidente @petrogustavo, en las últimas horas han asesinado a cinco firmantes del Acuerdo Final de Paz en el Catatumbo, justo antes de la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU que hará seguimiento a la implementación de lo acordado. Exijo garantías. Es un genocidio en curso”.
A través de un audio que circula en redes sociales, alias Andrey, comandante del frente 33 de las disidencias de las Farc, señala al ELN de atacar sus unidades y provocar la escalada violenta. “El derramamiento de sangre no beneficia a nadie (…) estamos comprometidos con la tranquilidad y la paz del Catatumbo, pero esta es una situación que se nos sale de las manos”.
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas en Colombia se pronunció en su cuenta de X y condenó las hostilidades que viene enfrentando el Catatumbo: “Recibimos información sobre alto riesgo de desplazamientos masivos hacia los centros urbanos, confinamientos, afectación a maestros y niñas y niños en edad escolar, homicidios, desapariciones de personas y heridos como consecuencia de acciones violentas de los actores. Llamamos al Estado a atender la situación con urgencia y garantizar los derechos humanos en el Catatumbo. Llamamos a que se adopten planes de prevención y de contingencia con asignación de recursos que permitan atender de manera oportuna y eficaz esta crisis”.
El Gobierno Nacional asegura estar analizando la situación, pero aún no hay un pronunciamiento oficial sobre acciones a adoptar para detener las balas y el temor que pulula en la zona.
Voces del Catatumbo claman atención del Gobierno
Diferentes actores de la región han expresado su rechazo a la reciente oleada criminal, solicitando acciones que permitan recuperar la tranquilidad. Es importante señalar que el Catatumbo, en las últimas décadas, no ha tenido un segundo de paz, por la confluencia de diversos actores violentos como ELN, EPL, disidencias de las Farc y grupos paramilitares. Sin embargo, la profundización de la violencia en los últimos días, ha complicado aún más el diario vivir para la población.
La Asociación de Madres del Catatumbo por la Paz envió una comunicación pública al ELN y al Estado Mayor Central de las Farc-EP, en el que instan a detener los ataques: “Les pedimos, con el amor y la desesperación de madres, que pongan fin a esta guerra absurda. El camino es el diálogo, no las balas. Ustedes tienen el poder de decidir si esta región sigue siendo un campo de muerte o un territorio de esperanza”.
Así mismo, llaman al Gobierno Nacional a intervenir de manera inmediata: “Es su responsabilidad proteger a las comunidades que han creído en la paz y que hoy son las principales víctimas de esta confrontación. No podemos permitir que el fuego consuma a nuestra gente mientras esperamos soluciones desde la distancia”.
Organizaciones sociales, campesinas y comunitarias del Catatumbo, también se pronunciaron mediante un comunicado. Pidieron la firma del Pacto Social para la Transformación del Catatumbo y conminaron a los grupos armados a detener sus acciones. “La continuidad de estas acciones no sólo perpetúa el dolor y el desplazamiento, sino que afecta gravemente la economía campesina y el tejido social (…)”.
El control de la coca, ¿la manzana de la discordia?
En los pueblos del Catatumbo el silencio es el rey. Los pobladores se rehúsan a hablar por miedo a lo que pueda pasar. Sin embargo, fuentes de las veredas de la zona afirman que el “Florero de Llorente” de esta disputa entre grupos ilegales, ha sido el control del mercado de la coca y de esos territorios que se redistribuyeron cuando se firmó la paz con las Farc.
“Hay una bonanza de dinero de carteles mexicanos interesados en la producción de la base de la coca en el Catatumbo, que es sacada a través de Venezuela, para hacer tránsito hacia Centroamérica y llegar a Estados Unidos. Los grupos armados son los que están manejando ese mercado. Por ese motivo, están enfrentándose para recuperar territorio y ganar el dominio de los insumos de la coca, así como del mercado de vacunas de productos como la cerveza y la gasolina”, relata un poblador de la región.
Y es que en varios municipios del Catatumbo, tomarse una Coca-Cola o una cerveza se ha convertido en un lujo: los costos se han incrementado para el consumidor, a raíz de las extorsiones que pagan los comercializadores. Incluso, en algunos lugares ya ni siquiera ingresan estos productos, pues varios distribuidores se cansaron de pagar las llamadas “vacunas”.